30/12/11

Boda Real














Kate Middleton deslumbró a su llegada a la abadía de Westminster acompañada de su padre, Michael, para casarse con el príncipe William , duque de Cambridge.

La novia, que llegó al templo en un Rolls Royce granate procedente del hotel donde pasó su última noche de soltera, estaba radiante con un vestido color marfil con cuello de encaje diseñado por Sarah Burton, de la firma Alexander McQueen, con una cola de 2,70 metros y un velo de tul ceñido por una diadema de Cartier de 1936, cedida para la ocasión por la reina Isabel II.
Tras ser recibida por el deán de Westminster, John Hall, la novia avanzó por la alfombra roja hasta el altar del brazo de su padre y seguida de su hermana Philippa, su principal dama de honor, que le sujetaba la cola del vestido, y de los pequeños pajes.

Con los invitados puestos en pie y mientras sonaba el himno "I was glad", Kate, a quien ahora se llama Catalina, caminó sonriente hasta el altar, donde la esperaban el príncipe William y su hermano Enrique, su padrino de boda.

Según se pudo apreciar, al verla a su lado, William le susurró: "Estás preciosa".
Ambos se unieron después a la congregación para cantar otro himno, tras lo cual empezó el servicio religioso.





Apenas minutos después de la espectacular entrada de la novia en el templo, con un sofisticado vestido diseñado por la casa Alexander McQueen, los novios se dieron el "Sí, quiero", tras lo cual fueron declarados "marido y mujer".

Guillermo decidió que él no llevaría anillo, pero deslizó una alianza de oro en el dedo de Catalina.
La futura princesa acompañada de su padre, había llegado puntual a las 10h00 GMT a la Abadía, donde la estaba esperando su príncipe, ataviado en su inconfundible uniforme rojinegro de coronel de la Guardia Irlandesa del ejército británico.

Catalina Middleton, que vestía un hermoso vestido blanco marfil, con cola de casi tres metros, velo y una tiara prestada por la reina Isabel II, abuela del novio, fue saludada por los gritos entusiastas de miles de admiradores que llevaban horas y hasta días esperando en esta mañana gris.
El novio pareció decir "estás muy guapa" a su llegada al altar enfundada en el sofisticado modelo diseñado por Sarah Burton, quien sucedió al 'enfant terrible' de la moda británica tras su suicidio.

Antes de la novia, la última en entrar en la Abadía fue la Reina, anunciada con sonidos de trompetas con el príncipe de Edimburgo.
Antes de la ceremonia, la soberana nombró a Guillermo, de 28 años, duque de Cambridge, por lo que su esposa plebeya, de 29, se convirtió al casarse en duquesa de esta misma ciudad universitaria cercana a Londres.


Hasta un tercio de la población mundial iba a seguir en directo este enlace por televisión, al que asisten en vivo unos 1.900 invitados.




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